martes, 27 de octubre de 2009

El nuevo museo Disney está en San Francisco

Muy festejado estuvo recientemente Alejandro Rodríguez-Cáceres, quien viajó con su inseparable Maricarmen y cerca de treinta amigos hasta Acapulco, para celebrar su cumpleaños en todo un fin de semana.

Muy festejado estuvo recientemente Alejandro Rodríguez-Cáceres, quien viajó con su inseparable Maricarmen y cerca de treinta amigos hasta Acapulco, para celebrar su cumpleaños en todo un fin de semana.
Como buen publirrelacionista que es, Alejandro tenía perfectamente organizados distintos eventos para disfrutar con sus invitados, a quienes les dio la bienvenida con una cena en el Zibu, el feudo de Lalo Palazuelos, que se ha convertido en uno de los predilectos del puerto, no sólo por sus inmejorables vistas al mar, sino también por su original oferta gastronómica, en la cual se fusionan sabores de nuestra cocina con los de la cocina thai. Y todo, con la garantía del sello Palazuelos.
Durante la cena, se escuchó al saxofonista James Watson interpretar melodías italianas. Por ahí estuvieron, festejando a su amigo, Arturo y Perla Ortega, Alejandro Pasquel, Adele Hank, Héctor Valenzuela, Irma González Sada, Rafael y Blanca Cortina, José Manuel Lorenzo, Mayusa Lascuráin, Tere Bravo, Yvonne Armella, Benny y Jaime Weiss, Ruth Axelrod, Francisco Vidal, Manuel y Zarina Rivera, Fernando y Linda Fernández de Córdova y Pía Cáceres.
Como en todas las reuniones que organiza para los amigos, Alejandro trató de adecuar las necesidades y los gustos de todos durante el plan, que ideó con su esposa Maricarmen, para el fin de semana. Por ello, incluyó un torneo en el Club de Golf Tres Vidas, del que resultó ganador Jaime Weiss. Mientras unos pasaban la mañana disfrutando de este deporte, otros optaron por relajarse y tomar el sol en la alberca, o disfrutar de un masaje de relajación.
Hacia las cuatro de la tarde del sábado, se sirvió una deliciosa comida en el área de la alberca, que incluyó un pozole estilo guerrerense, acompañado con chilitos rellenos de queso, taquitos de requesón, sopes y quesadillas.
Al final llegaron los pasteles y las velitas, que el festejado apagó al son de Las Mañanitas, bajo la atenta mirada de su esposa Maricarmen, que estuvo pendiente de todos los detalles del festejo de su marido. Por la noche, el grupo remató la diversión en el Baby’O.
A la mañana siguiente, tras disfrutar de un vasto desayuno junto a la alberca, el grupo de amigos estuvo disfrutando del sol de Acapulco, al tiempo que observaba los vuelos que realizó Arturo Ortega en su parapente, recorriendo las playas del Revolcadero y las del bello Acapulco Diamante.
Posteriormente, se reunieron para disfrutar de una paella negra y de la música de un trovador. Y, como era de esperarse conociendo a Alejandro, a quien le apasiona la bohemia y el canto, la fiesta derivó en una cantada con karaoke, que se prolongó hasta muy entrada la noche. De hecho, a Alejandro, Kitzia Nin lo llama Licenciado Perales, porque su voz y su forma de interpretar las canciones le recuerdan a José Luis Perales.
A la mañana siguiente, el festejado y sus invitados regresaron a la ciudad de México, bien bronceados, con anécdotas y muchos momentos divertidos en la maleta.
El pasado 1 de octubre fue inaugurado en San Francisco el Walt Disney Family Museum, que nos recordará la fascinante e inspiradora historia de este inolvidable personaje nacido en el seno de una familia humilde en una granja del centro de Estados Unidos, quien no sólo logró elevar los dibujos de animación hasta convertirlos en una forma de arte, creando el primer documental de esta naturaleza que fue ganador de un Oscar de la Academia, sino que también consiguió crear bandas sonoras que millones de personas se saben de memoria y, además, supervisó el nacimiento del primer parque temático: Disneylandia.
“El nombre Disney evoca en la mente una enorme compañía que lleva el nombre de mi padre”, comentó Diane Disney Miller, hija de Walt y directora de la Fundación que ha conseguido 110 millones de dólares para el museo.
“Mi padre fue un hombre con una curiosidad inagotable que amaba pensar y explorar, además de entretener a la gente. Esperamos compartir un retrato honesto y afectivo de este increíble hombre”, agregó Diane.
Entre lo más destacado del museo, los admiradores de este genio de la magia y la ilusión podremos ver el primer dibujo conocido de Mickey Mouse; animaciones de sus personajes; secuencias en viñetas, una innovación de Disney, que sirvió como mapeo de sus películas clásicas y atemporales; la innovadora Multiplane Camera, que revolucionó la animación; un Oscar de tamaño original y siete reproducciones en miniatura, las cuales hicieron alusión al premio que la Academia concedió a la cinta Blancanieves y los siete enanos, cinta que es considerada el más grande film de animación.
Además, el tren de escala de ocho alturas que instaló en su casa de Hollywood y que sirvió como propagación de su visión para Disneylandia; y un modelo a escala del parque de diversiones Disneylandia, entre otras cosas.

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